Doña Milagros: 16

17/03/2011 4.442 Palabras

Capítulo XV 16 Pág. 16 de 20 Doña Milagros Emilia Pardo Bazán Tal vez lo que más duele de los dolores es no poder entregarnos libremente a ellos, prescindiendo de los demás cuidados y preocupaciones ruines de la vida. Cuando nos agobia la pena; diríase que también nos emborracha, y deseamos sumergirnos en ella hasta el fondo, sin sacar la cabeza fuera un instante, ni distraernos por cosa ninguna. Pero a mí no me era lícito este amargo gusto. Tenía que pensar en mi gente. Por orden: ante todo la prosa vil: me encontraba sin recursos para hacer frente a las urgencias económicas de que me había enterado Feíta. Hasta junio no vencían las rentas, y hasta octubre o noviembre lo más pronto no se podía soñar en vender la cosecha del trigo, que estaría despuntando entonces. Rehusado, ¡y con el agua al cuello lo rehusaría! el ofrecimiento de doña Milagros, sólo me quedaban dos medios de salir del apuro: o escribir a Garroso proponiéndole la adquisición...

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