El cisne de Vilamorta: 18

18/03/2011 1.418 Palabras

Capítulo XVII 18 Pág. 18 de 29 El cisne de Vilamorta Emilia Pardo Bazán Segundo fue el último en gozar la hospitalidad de las Vides. Como era poco aficionado a juegos y Nieves tampoco tomaba en ellos parte muy activa, encontraríanse aislados a no ser por Victorina, que no se despegaba de su madre apenas veía próximo a Segundo, y también por Elvira Molende, que desde el primer instante se adhirió al poeta como la enredadera al muro, dedicándole un repertorio de miradas, suspiros, confidencias y vaguedades capaces de empalagar a un mozo de confitería. Al punto y hora en que Segundo pisó las Vides, perdió Elvira todo el vapor de su animación, y adoptó la acostumbrada postura lánguida y sentimental, que hacía parecer más hundidas sus mejillas y más ojerosos y marchitos sus párpados. Recobró su andar la melancólica inclinación del sauce, y dejando a un lado bromas y retozos, se consagró por completo al Cisne. Como hacía luna y eran las noches...

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