LA providencial iniciativa de Marco Polo de consignar por escrito, aprovechando la compañía de un escritor en su prisión genovesa, las impresiones de su viaje comercial y diplomático al imperio de Kublai Khan representa uno de los acontecimientos más importantes de finales de la Edad Media. A través de la un tanto deshilvanada narración —entre detallista y fantástica— del viaje y de la estancia en aquella Catay que años más tarde buscarían afanosamente portugueses y españoles por caminos diferentes, la gesta de Marco Polo significó la apertura de una vía de comunicación cultural y comercial entre Occidente y Oriente, una vía que se irá ensanchando poco a poco. Al hilo de sus recuerdos, algunos bastante lejanos en el tiempo, va adquiriendo forma un auténtico reportaje periodístico en el que se mezclan las propias observaciones y las informaciones de testigos y depositarios de viejas tradiciones. No le preocupa que sus contemporáneos puedan maravillarse, quizá...