Los Ayacuchos : 33

05/08/2010 2.418 Palabras

Los Ayacuchos Capítulo XXXIII de Benito Pérez Galdós Por el camino contó el Coronel que los padres de San Quirico no le dieron jamás motivo de queja, sino de gratitud y estimación. Eran muy buenos y le instruían con amor, luchando, eso sí, con la incapacidad del neófito para los latines y para las lecciones teológicas. Nada de aquello le entraba en la cabeza, y cada día se iba convenciendo de que nunca sería más que un pobre curángano de misa y olla. Pruebas de cariño habíanle dado los sacerdotes, y él por su parte pensaba, en la primera ocasión que se le presentase, demostrarles su afecto. La regla era muy rigurosa, y épocas había en el año en que le mataban de hambre. En los rezos era tan torpe, que a cada momento se equivocaba, ocasionando grandes desazones a los maestros, y renegando él de su falta de memoria. Más de una vez les propuso que no le criaran para las órdenes mayores, sino que le tuvieran allí como familiar o lego, y él les cuidaría el...

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