Rojo y negro: Capítulo XII

01/10/2012 4.106 Palabras

Rojo y negro de Stendhal Un Viaje En París se encuentran personas elegantes; en provincias, personas de carácter. SIÉYÈS A las cinco de la mañana siguiente, antes que la señora de Rênal estuviese visible, Julián había pedido y obtenido del marido de aquella un permiso de tres días. Contra su costumbre, sintió Julián deseos de ver a la dama cuya mano despertaba en su mente pensamientos voluptuosos. Esperóla en el jardín. Larga fue la espera, pero si Julián la hubiese amado de veras, habríala visto detrás de las persianas medio cerradas del primer piso, con la frente apoyada sobre el cristal. Estaba mirando a su amado. Al fin, pese a sus resoluciones, se determinó a bajar al jardín. De su rostro había desaparecido la palidez habitual para ser reemplazada por los valores más vivos. Aquella mujer sencilla pasaba por momentos de viva agitación interior; no cabía dudarlo. Una expresión de violencia, de cólera, mejor dicho, alteraba esa especie de placidez...

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