Rojo y negro: Capítulo XX

01/10/2012 3.078 Palabras

Rojo y negro de Stendhal Los anónimos Do not give dalliance Too much the rein; the strongest are straw To the fire i’ the blood. TEMPEST A medianoche, al salir del salón, después de levantada la tertulia, Julián consiguió decir a su amante: -Esta noche no debemos vernos... Tu marido tiene sospechas... Juraría que la carta que leyó suspirando es un anónimo que pone en peligro nuestro amor. Fue una fortuna que Julián se encerrase en su dormitorio con llave aquella noche, porque la señora de Rênal, creyendo que su advertencia no fue más que un pretexto para no verse, perdió la cabeza, y, a la hora de costumbre, se presentó en la puerta de su cuarto. Julián, al oír ruido en el pasillo, apagó inmediatamente la luz de su habitación. Alguien intentó abrir la puerta, sin que él pudiese asegurar si ese alguien era su amante o un marido celoso. A la mañana siguiente, muy temprano, la cocinera, que era encubridora de los amores de nuestros protagonistas, llevó a...

Este sitio web utiliza cookies, propias y de terceros con la finalidad de obtener información estadística en base a los datos de navegación. Si continúa navegando, se entiende que acepta su uso y en caso de no aceptar su instalación deberá visitar el apartado de información, donde le explicamos la forma de eliminarlas o rechazarlas.
Aceptar | Más información