... de la reina Victoria de Inglaterra. Le sucede su hijo mayor, el Príncipe de Gales, que reinará como Eduardo VII.Continúa la guerra anglo-bóer entre los ingleses y los estados de Orange y el Transvaal ...
Rey de los anglosajones (978-1016). El Indeciso. Hijo de Edgardo y sucesor de su hermano Eduardo II el Mártir. Coronado rey cuando apenas contaba diez años, ejerció la tutela su madre Elfrida. Desde ...
... -, y teniendo sed bebió lo que quedaba del vaso; la botella la vació el señorito Eduardo para hacer un estanque para sus pájaros.Noirtier levantó los ojos al cielo, como hace el jugador que aventura ...
... , en el litoral NE. de Gales, y el castillo de Harlech, al N de la bahía de Cardigan, construidos por Eduardo I de Inglaterra (1239-1307), fueron incluidos por la UNESCO en el año 1986 en la lista ...
... sacar los ojos a azotes-, y volvió a caer postrado por la debilidad que le ocasionara la pérdida de sangre. Juan Moreira de Eduardo GutiérrezPrólogo - I -II -III - IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... látigo del suelo, tocó levemente con él los sangrantes hombros de Hendon, y susurró–: Eduardo de Inglaterra te hace conde.Hendon se conmovió. Las lágrimas fluyeron a sus ojos, pero, al mismo tiempo ...
... primera vez las l& 225;grimas saltaron a sus ojos, y al rodar, cayeron en sus labios como gotas de fuego.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... cuidados. ¡Se sent& 237;a tan bien en medio de ellos cuando vigilaba la tarea sentada en un tronco junto a la cruz Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... los cuatro Ministros republicanos; a Echegaray sustituyó Tutau; a Córdoba, Acosta; a Beránger, Oreiro; don Eduardo Chao y don Cristóbal Sorní entraron en Fomento y Ultramar. Sin inquietarme gran cosa ...
... no los pertenece por derecho. Porque...Y ahog& 225;ndose, hab& 237;a huido don Carlos a su escritorio.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII -XIV ...
... Cuerudo, que era su guarida más segura, de donde no salió en quince días. Veamos ahora quién era el Cuerudo.Juan Moreira de Eduardo GutiérrezPrólogo - I -II -III - IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... ;a combate. Se ansiaba por el sol y por la gloria. Las dos cosas deb& 237;an obtenerse en todo ese d& 237;a tan suspirado.Ismael de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII ...
... arrojar una imprecaci& 243;n, pero un nudo se atraves& 243; en su garganta: apenas sali& 243; un quejido.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... el amor de un rey: Jorge V había muerto en enero de 1936, y su hijo mayor, Eduardo VIII, había preferido a una americana divorciada, la señora Simpson, antes que el trono de lo que aún era un gran ...
... desgracia parec& 237;a reanudarse a la distancia para servir de precedente necesario a una profunda simpat& 237;a.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X ...
... l extendi& 243; la mano hacia aquel sitio solitario, y murmur& 243; sonriendo de una manera singular.-& 161;Ella era Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX ...
... & 233;s... Pero, & 191;has visto los aires de Tula del brazo del doctor de Selis? & 161;Ya hecha, una alcorza Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
... para estrecharlo, resbalose suavemente y quedose acostada a su lado, exang& 252;e, tiesa, sin temblores.Grito de gloria de Eduardo Acevedo DíazI -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI -XII -XIII ...
... las cuatro y media.-Te doy quince minutos -dijo al cochero.El coche arranc& 243; con la mayor celeridad.Brenda de Eduardo Acevedo DíazPrólogo -Brenda -I -II -III -IV -V -VI -VII -VIII -IX -X -XI ...
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